Guerra de sexos en Zugarramurdi

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El cineasta Alex de la Iglesia es conocido por sus películas extrañas, sorprendentes y delirantes. Podemos encontrar en su filmografía, un gusto por el horror y el humor negro. Consiguió premios con Acción mutante en 1993, El día de la bestia en 1995 o Crimen perfecto en 2004. Hoy día, es considerado como uno de los cineastas más respetados y admirados de España. Su última película es fiel a su filmografía tanto por su estética como por sus temáticas.
La primera parte de Las brujas de Zugarramurdi corresponde a una película de “gangsters” muy rítmica. La segunda parte, que se desarrolla en el pueblo de las brujas, cambia el tono general de la película que se convierte en una comedia de terror y  esperpento.
Esta película ilustra una guerra de sexos delirante y excesiva, desarrollada desde el punto de vista de los hombres. Lo que une a los tres personajes masculinos es el miedo a las mujeres a las que describen como “arañas”. En este sentido, la película se focaliza sobre personajes muy sexistas y podemos preguntarnos qué mensaje nos transmite el cineasta aquí. Pero, en la segunda parte, cambia a otro exceso por la aparición de figuras femeninas encarnadas por brujas feroces, caracterizadas por sus caracteres fuertes: Eva, la bruja joven, es capaz de renunciar a todo por el amor que siente por el personaje principal. Graciana y su madre son brujas muy poderosas y majestuosas que veneran a una diosa femenina. Asistimos en esta segunda parte de la película a demostraciones de feminismo radical.
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En resumen, en Las brujas de Zugarramurdi, Alex de la Iglesia aborda la complejidad de las relaciones entre hombres y mujeres con humor y exageraciones. En esta película, los hombres se parecen a niños que huyen de sus responsabilidades: al principio de la película, los ladrones gimen en el taxi sobre lo que las mujeres les hacen, como niños quejándose de sus padres. Al revés, las mujeres están representadas como seres histéricos, autoritarios y castradores. Por ejemplo, la joven bruja tiene un espectacular ataque de histeria y requiere ser el único centro de atención de José.
En definitiva, la mezcla de estilos y tonos en la película de Alex de la Iglesia nos lleva a un torbellino delirante divertido y aterrador.